lunes, 14 de diciembre de 2020

Vive el momento.


¡Amigos y amigas! ¿Qué tal estáis? Volvemos a las andadas, volvemos a escribir. Llevaba un tiempo que quería hacer una entrada distinta, no tan relacionada con el mundo policial, una entrada más general, una entrada sobre la vida, sobre el saber estar, los amigos, la familia... Y al final también como siempre es inevitable que no toque la oposición. Mi intención es que reflexionéis, que os paréis a pensar en todo lo que os rodea, que aprendamos (en esto me incluyo yo) a valorarlo. ¡Espero que os guste! 😋



Hace relativamente poco tuve la suerte de acudir al cine para ver el documental sobre Pau Donés, el cantante y compositor del grupo de rock Jarabe de Palo, que como bien sabéis falleció el pasado junio. Al principio era un poco reticente a verlo, pues el documental es una entrevista que le realiza Jordi Évole, el cual no es de mis preferidos para ser honesto. Pero nunca hay que cerrarse a nada y después de ver el tráiler me animé. Cabe destacar que la entrevista se realiza dos semanas antes del fallecimiento de Pau, ya de primeras impacta el tono de voz que presenta el tráiler, pero cuando realmente le enfocan es cuando te das cuenta de lo que puede llegar a consumir un cáncer. Pero como dice el propio Pau, «yo estoy aquí para hablar de la vida, no de la muerte» y es que realmente la entrevista es un canto a la vida.




Te hace pensar y no poco, este año está siendo duro para muchos, perder a gente que quieres, familiares, amigos.. .El negocio que tanto te ha costado montar, a la mierda, y delante de tus propios ojos, consumiéndose como un maldito cáncer. Es cuando llegan este tipo de cosas, y además llegan sin previo aviso, cuando te hacen preguntarte y replantearte muchas cuestiones. ¿Realmente valoramos la vida? ¿Deberíamos de darle más importancia a cosas más cotidianas? ¿Pasamos demasiado tiempo enfadados? 

Está claro que esta terrible pandemia está marcando un antes y un después en todo, y digo en todo porque en un futuro a corto-medio plazo, nada va a ser igual y lo estamos viendo en el día a día. En el mundo "opositoril", no iba a ser diferente. Los compis de la XXXVI lo están viviendo en sus propias carnes, les toca un año raro en Ávila. Y los que vienen, la XXXVII y posteriores, ya estáis viendo los cambios que se están haciendo, sedes descentralizadas, cambios en el orden de las pruebas... 

El esfuerzo de un año normal opositando se ve incrementado por 10 en esta situación. La situación económica es la que es, ahora además os habéis tenido que costear una prueba PCR simplemente para poder realizar las pruebas. Entiendo que los ánimos estén muy bajos, porque se ha juntado todo... Pero no me vale desistir, rendirme, tirar la toalla, porque si lo haces no estás siendo honesto contigo mismo.

Personalmente y desde que conseguí mi apto final, y ya más relajado, he seguido y sigo en círculos de opositores porque además de gustarme, ellos me lo agradecen sin decírmelo y a mi eso me encanta. A lo que voy es que cuando estaba opositando, iba a lo mío y no te fijas tanto en los demás opositores, porque simplemente no te da para más, ahora me fijo en compañeros y todo el sacrificio que hacen y es bestial, no todo el mundo puede dedicarse exclusivamente a la oposición, otros tienen hijos, trabajo, o incluso ambos y es digno de admirar. Y más conforme está todo. Con esto quiero decir que QUERER ES PODER, y no valen excusas baratas. Y aquí voy a dar un palo a los "opositores", por llamarlos de alguna manera que lo único que hacen es puro postureo en redes sociales, y además se dedican a dar lecciones morales a los que utilizan Twitter, por poner un ejemplo, como vía de escape, para preguntar dudas, compartir sensaciones o simplemente buscar algún apoyo en un momento delicado. Por favor, si no vais a sumar, ni aportar nada, apartaos. 




Hace unos meses que di un vuelco a mi vida y desde entonces he sabido valorar los pequeños detalles, las cosas más cotidianas. No porque estés opositando tienes que dejar de hacerlo, no, para nada, porque disfrutar de las pequeñas cosas es dar un paseo por la playa al atardecer, tomarte un café con esa persona, leer cinco páginas de ese libro o escuchar esa canción que tanto te transmite... Es un pequeño momento para ti. Muy necesario. Y algo muy importante y aplicable en todos los ámbitos de la vida, no solamente en la oposición, es apoyarte en los tuyos, SIEMPRE. Y digo en los verdaderamente tuyos, no los que están ahí y se van cuando quieren, los que están SIEMPRE y sobre todo en las malas. Muchas veces pecamos de no molestar cuando realmente necesitamos ese consejo, esas palabras de ánimo, ese hombro para llorar... Pareja, padres, hermanos, amigos, en resumen, tus seres queridos. Ellos son indispensables. Que no nos arrepintamos de no haber pasado tiempo con los nuestros. No hay nada más bonito en esta vida que regalar tu tiempo a los que de verdad lo merecen, los que lo valoran por encima de ellos. Perdonad, pero no es tiempo perdido, es tiempo invertido, tiempo que os hará mejores personas y en vuestro trabajo, os ayudará a saber empatizar mejor y progresar. 




Y ¿por qué no normalizamos reír y llorar? Expresar todo lo que llevamos dentro, sobre todo en una etapa tan difícil como es la de opositar. Volviendo al documental de Pau, él mismo dice, «tengo ganas de reírme, de llorar; estoy llorando muchos estos días, y creo que hacerlo es un signo de valentía y de demostrar como eres». Pues entonces, ¿por qué no somos valientes? Tenemos que sacar todo lo que acumulamos porque opositar es como un trabajo, hay días muy productivos pero otros que desearías no haberte levantado y te minan anímicamente. Tengo amigos que se han dejado el alma, no han escatimado en cursos, en material, lo han dado TODO. ¿Y? Por unas cosas y otras, se cayeron en la entrevista o peor, en los psicotécnicos, siendo ellos muy aptos para esta profesión, y amando con locura este uniforme. Para que luego te digan que es fácil opositar, «es que el novio de mi prima lo sacó en 6 meses...» Pues va a ser que no, bonita. Esto es un camino muy duro, pero al final solamente el que tiene capacidad de sufrimiento, de aguante, de espera, es el que se lleva el apto final. No porque seas muy rápido vas a llegar antes, no, porque te vas a cansar antes del que va a su ritmo, poco a poco, paso a paso, partido a partido... Y claro, como no creas en ti, no hay nada que hacer. Ser fiel a tu objetivo. 

Para despedirme, quiero hacer mención por supuesto a mi amada promoción, la #XXXIV, llevamos jurados medio año, disfrutando como niños de esta maravillosa profesión, ya como policías, ¡muy grandes compis! También a la #XXXV, en prácticas, empapándose de vivencias, experiencias y día a día. De la #XXXVI, como ya comentaba antes, año raro pero igualmente disfrutable, estáis en vuestra casa, compañeros. Y por último, desearles toda la suerte del mundo a la #XXXVII, en la cual tengo muchos amigos que deseo que formen parte de este cuerpo, pronto y estoy seguro que lo van a conseguir. Tampoco me olvido de mis compis de verde, que en enero empiezan su formación. ¡Ánimo! 

Nos vemos en la próxima, amigos y amigas. 👋💙
¡Os deseo una FELIZ NAVIDAD! 🎅🎄



Y recuerda: «Como si fueras a morir mañana».

En especial recuerdo a todas las víctimas, directas e indirectas de este terrible virus. Por vosotros. Por ellos.


martes, 7 de julio de 2020

Promoción XXXIV. Una historia de policías.



Suena el despertador, una sensación extraña invade todo tu cuerpo. Sabes que no es un día cualquiera. Está todo preparado encima de la mesa, lo imprimiste ayer y mientras lo rellenabas, un ligero escalofrío te recorría todo el cuerpo. Es la instancia para realizar la oposición a la Escala Básica de la Policía Nacional.



Tienes la sensación de que este año será distinto, has aprendido de errores pasados, y lo que es más importante, tienes más ilusión y ganas que el año pasado, cuando ese par de preguntas y esas palabras tan raras, pero, sobre todo, esa inexperiencia, te hicieron caer. 

Después de ese día vinieron auténticas montañas rusas. Momentos que querrías olvidar, otros que nunca lo harás. Días grises en los que no veías nada claro, días soleados donde te veías subido en el zeta o haciendo una troncha en el Apolo. Tiraste mucho la valla en el circuito, llegaste a sangrar en las palmas de las manos de la barra, vomitaste al terminar una mísera serie de 200...

Pero todas esas dudas se disipaban conforme ibas aprobando fases, llegaste al examen de teoría y ortografía y las dudas de antaño volvían a florecer, pero esta vez no te iban a vencer, las miraste a los ojos y dijiste que te tocaba a ti, y así fue. Aprobar esta fase fue una liberación, lo sabías y te hizo más fuerte, te hizo pensar que podías conseguirlo. Después llegó uno de los momentos más temidos por cada opositor, la dichosa entrevista. Ahí estabas, con tu traje y muchos, muchos nervios y dudas. ¿Y qué pasó? Que pudiste con todo. Y aprobaste, sí, aprobaste la puta oposición. Y digo puta, porque lo es, porque ves a gente que quieres abandonarte, porque pierdes momentos irrepetibles, porque ves caer a compañeros que sabes que son muy aptos para esta profesión... 

Llegó el día de comenzar una etapa que sería inolvidable, la Escuela Nacional de Policía. Nervios, nervios y más nervios, pero nervios bonitos, ya me entendéis. Conoces a tres personas que serán tus compañeros de habitación nueve meses, así como suena... Experiencias maravillosas, anécdotas inverosímiles, momentos únicos. Reír hasta no poder más, llorar en momentos jodidos, hacer piña para sobreponerse a los problemas. ¡Qué rápido pasó todo!

Pero tocaba la realidad, la calle. Empezábamos las prácticas, ¿estábamos preparados? Nadie lo está, lo que yo he aprendido es que cada día es un día distinto, cada día aprendo una cosa nueva, te fijas en los compañeros veteranos que un día estuvieron en tu piel y tuvieron las mismas dudas que tú, y te empapas de sus conocimientos que van más allá de un libro. Han sido meses muy gratificantes en todos los aspectos, desde llegar a una ciudad nueva sin conocer a nadie, a integrarte totalmente y que tus compis te hagan sentir como si estuvieses en tu propia casa. 



Si a eso además le sumas una pandemia mundial, y un confinamiento total de la población durante casi tres meses, suena a película, ¿verdad? Pues así se recordará a la Promoción XXXIV, la que estando de prácticas tuvo cara a cara a un "bicho cabrón". Y con eso creces y maduras, aunque solo lleves unos meses en la profesión, creedme. Llegó el momento de la jura, o, mejor dicho, de la "no jura". Todos sabíamos que iba a ser imposible juntar a tanta gente en la Escuela Nacional de Policía, pero siempre quedaba esa posibilidad, al menos en mi caso, tenía muchísimas ganas de volver a ver a mucha gente, en especial a mis tres inseparables hermanos. Cuando ya parecía que no íbamos a tener ni un triste acto, organizaron algo por provincias, y aunque parecía algo cutre, en mi caso que éramos pocos de prácticas en plantilla, fue un acto muy emotivo y cercano, totalmente distinto al que hubiese sido en Ávila, la primera promoción de policías que juraba el cargo en la ciudad donde estaba destinado. Mi familia me pudo ver en primera línea, cosa impensable en Ávila. Y eso es lo que más ilusión me hizo.



Y así acabó el proceso que iniciamos el día 18 de abril del año 2017, cuando se publicó en el BOE la resolución por la que se convocaban plazas para la Escala Básica del Cuerpo Nacional de Policía. Un sueño que comenzó estando muy lejos, se convirtió en realidad tras unos años de esfuerzo y constancia. 
Y aquí viene la pregunta que muchos se hacen cuando ven tan lejano convertirse en lo que quieren, ¿es posible cumplir tu sueño? Y yo respondo, . Tan posible que está en tus manos.

Y hasta aquí esta entrada, la última de un largo proceso. Y, para terminar, aunque las dedicatorias se ponen al principio de los libros, yo lo voy a hacer ahora, porque ¿qué sería de esta entrada sin dedicarle unas palabras a todos y aquellos que han sufrido tanto o nos han visto sufrir desde la otra parte de la oposición? En primer lugar, a cada uno de los 3.177 compañeros que han jurado el cargo, sin duda estáis ahí porque lo habéis merecido. Después viene la familia, la que con ilusión te veía levantarte a las 7 de la mañana a estudiar y te vio con el traje de gala y el escudo de la Policía Nacional en el pecho el día 30 de junio de 2020, los que más han sufrido junto con vosotros, verdaderamente merecen un pedestal. Y por último esas personas que en su día comenzaron el camino con vosotros, y por circunstancias de la vida, se tuvieron que ir y por aquellas que de una manera u otra han aparecido y os están demostrando mucho día tras día. Va por vosotros.

 ¡VIVA LA PROMOCIÓN XXXIV! ¡VIVA LA POLICÍA NACIONAL! ¡VIVA ESPAÑA!



A mis padres, mi hermano y mi abuela. 
A mis hermanos A, V y JA. 
A mis amigos. 
A ti, P.
Gracias.


 

sábado, 25 de abril de 2020

¿Por qué soy policía?

¡Hola compis! ¿Cómo estáis? Espero que bien, que estéis llevando esta situación lo mejor posible, cerca de los vuestros y con salud. A los que habéis perdido a un ser querido, os deseo mucha fuerza y ánimo para poder llegar cuanto antes al final de esta pesadilla. Es por eso que he decidido escribir algo para levantar la moral y el ánimo a todos, en especial a los compañeros de la XXXVI que están pendientes del resultado de la entrevista, a los de la XXXV que esperan con muchas ganas poder salir de prácticas a la calle, también a los de la XXXVII que inician su camino, con mucha ilusión y motivación y por supuesto, a mi promoción, la XXXIV, porque es probable que tengamos una jura un tanto agridulce, pero lo importante es salir de esta situación y poder volver a la normalidad lo antes posible. Va por todos vosotros.



Me cambio en el vestuario frente a mi taquilla, monto la HK y la meto en la funda. Me coloco la defensa en el tahalí y cojo la mochila. Hago una última parada en el baño, paro frente al espejo y me miro a los ojos. Observo todo lo que tengo a mi alrededor, a veces lo necesitamos para saber dónde estamos y qué hemos conseguido. Soy policía y me dispongo a patrullar. Estaré 9 horas vigilando las calles, atendiendo cada llamada, al servicio del ciudadano. 

Pero, ¿por qué? ¿Por qué no buscarme algún trabajo más cómodo? Un trabajo de 9 a 14 sentado en una oficina, por ejemplo. ¿Por qué decidí dejarlo todo y enfrascarme en una oposición que no me aseguraba nada? ¿Por qué me pierdo el cumpleaños de mi pareja? ¿Por qué no puedo cenar con mi familia en un día señalado? ¿Por qué no tengo un horario fijo? ¿Por qué tengo que aguantar los abucheos, faltas de respeto e insultos desde un balcón mientras hago mi trabajo? ¿Por qué no recibo el apoyo de mis jefes mientras me juego la vida cada vez que me subo a un zeta sin medios adecuados para mi protección?

Sencillamente porque nací para esto, no sé hacer otra cosa. Tener la conciencia más que tranquila de que estoy aportando mi granito de arena para que la sociedad sea algo mejor. Recibir por parte de los ciudadanos un “gracias” y una sonrisa por haberle ayudado en algo tan simple como parar el tráfico para que puedan cruzar la calle. Que un niño se ponga loco de contento cuando le saludas desde el zeta. Ser aplaudido desde los balcones por la gente mientras vitorean “VIVA LA POLICÍA NACIONAL”. Ser una referencia para aquellos que cada día luchan por ponerse este uniforme, dar esa pizca de motivación que a veces ven tan lejos. Esas miradas de admiración, de orgullo... Llegar a casa y abrazar a los míos. 

Aunque a veces hay momentos muy jodidos. ¿Y sabéis qué? Que también somos humanos, tenemos sentimientos, muchas veces tenemos que ocultarlos, hacer de tripas corazón, pero al final soportamos muchas situaciones difíciles y estresantes. A veces es necesario romper y llorar, porque es muy difícil desconectar de este trabajo. Y tu familia lo sabe y sufre, sufre porque teme que algún día llamen a la puerta y sean dos compañeros los que estén ahí, intentando dar una noticia que les romperá en trozos muy pequeños. Porque habrás dado tu vida por los demás, estarás volando hacia arriba, serás un ángel de azul cuidando de todos y por ello estarás orgulloso. Es esto lo que hemos elegido, hemos elegido luchar cada día y enfrentarnos a las injusticias, hemos decidido cumplir un juramento, hemos decidido servir y proteger. Somos seres incomprendidos, a veces el rechazo de gran parte de la sociedad, "los malos de la película", pero lo hacemos rodeados de hermanos y hermanas como una gran familia. 

Y por todo esto, ¿merece la pena? 

Indudablemente, si volviese atrás en el tiempo, volvería a elegir esta profesión, volvería a sacrificar momentos, volvería a matarme a estudiar, volvería a sufrir en el 1000, volvería a comerme la cabeza con la entrevista, en definitiva, volvería a cumplir el sueño de mi vida.

Cuando algo te hace feliz, es porque lo sientes dentro. Ya lo decía Confucio, "elige un trabajo que te apasione y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida." Ser policía es esto, es disfrutar de una forma de vida, un estilo de vida diferente al resto. Proteger y salvar la vida de inocentes desde la modestia y la humildad pero siempre con honor, orgullo y dignidad.

Terminar el turno, llegar a casa, cerrar los ojos y sentir como se eriza el vello de todo tu cuerpo mientras resuena en tu cabeza: 
 «SOY POLICÍA».

lunes, 17 de febrero de 2020

Relatos y Anécdotas policiales II: Los primeros días

¿Cómo estáis amigos? He vuelto de nuevo, aquí tenéis un relato que realmente me pasó, por lo que es totalmente verídico. He cambiado los nombres pero por lo demás, todo real. Espero que os guste y lo compartáis. Aquí lo tenéis.



Miraba impaciente el reloj. Quería llegar con tiempo, era mi segundo día de prácticas. El primero había sido un cúmulo de sensaciones. Primera vez en la calle con el uniforme, primera vez que cogía un zeta, primer servicio de mi carrera, primera vez que pasaba una filiación por radio...
Era la hora, tenía la mochila preparada desde hacía un rato, me aseguré que estaba todo dentro y cerré con llave la puerta de mi casa. En el ascensor, frente al espejo, ahí estaba, lo había conseguido, me iba a currar, a currar como policía. De camino a comisaría, observaba esas caras que se cruzaban conmigo imaginando servicios que tendría con ellos a lo largo de este año de aprendizaje.
Giro la esquina, ahí está, la bandera de España, he llegado a casa, mi segunda casa. Paso con orgullo por la puerta.

Buenas tardes.—Saludo a mi compañero de seguridad y este me lo devuelve, nos miramos, me acerco y le digo que soy un compañero de prácticas, me da la bienvenida a la comisaría con un gran apretón de manos.
Para lo que necesites, compañero.—Me dice cuando me alejo dirección a los vestuarios.

Llego pronto, bastante pronto, el vestuario está en completo silencio. Me dirijo a mi taquilla, está casi al fondo, en el penúltimo pasillo. Cada taquilla es un mundo, pegatinas de todo tipo, botas, algunas están abiertas, otras cerradas con candados gigantes... Llego a la mía, mi nombre junto a policía en prácticas reza sobre una pegatina mal puesta. La abro, está todo ahí, lo que guardaba en aquel pequeñito armario de la ENP, ahora está en la taquilla de una comisaría de España.

Me siento en un pequeño banco y empiezo a cambiarme, sin pausa pero sin prisa, asegurándome que llevo todo. Ya empiezan a llegar compañeros, se les escucha hablando de su vida cotidiana, uno cuenta un chiste, nos echamos a reír, en el turno de hoy hay muy buen ambiente, eso se nota.

Llega el turno saliente, mientras me da el equipo y las llaves del zeta, me comenta que ha sido una mañana tranquila. Mi binomio está esperándome en la puerta, lo conocí ayer, me inspira mucha confianza, lleva ya 12 años en esta empresa. Me subo en el zeta, empezamos a charlar, cuando estamos aparcando en la cafetería para tomar el obligado café entra una llamada:

Zulú 2 para Alpha 0. Tome nota del comunicado. Diríjase a la calle Acacias número 2, ahí les está esperando el presidente de la comunidad. Al parecer llevan sin ver bastante tiempo a un vecino.
Recibido Alpha 0, vamos para allá.—Respondo a través del equipo.

Me mira mi compañero, y asintiendo con la cabeza me dice:
Probablemente sea lo que te imaginas.—Yo ya empiezo a mentalizarme de lo que nos podemos encontrar. Llegamos al lugar, hay un hombre fumando en la puerta. Se presenta como el presidente de la comunidad.

Llevamos sin ver a Antonio más de tres semanas al menos, es muy raro, siempre va a la misma hora al bar de en frente.—Comenta el presidente. Nos dice que vive en el 3º, por lo que subimos y llamamos al timbre. No contesta nadie. Me da la sensación de escuchar algo, acerco el oído a la puerta y distingo lo que claramente es la televisión encendida. Pinta mal.

¿Tiene familiares?—Pregunta mi compañero. Antes de llamar a los bomberos para proceder a abrir la puerta, tenemos que agotar todas las posibilidades.
Tiene un hermano, pero no tengo el número ni nada.—Contesta el presidente.

Contactamos con Sala para hacer las gestiones oportunas y conseguir el teléfono del hermano de esta persona. Hay suerte, viene hacia el piso con una copia de la llave. No hará falta que vengan los bomberos. Estoy nervioso, noto algo en mi interior. La espera se me está haciendo eterna. El compañero me tranquiliza. Se escuchan pasos por las escaleras, es el hermano, y viene con su mujer. Se les ve bastante intranquilos.

Dice que normalmente habla por teléfono con él cada 15 días, pero no es raro que pase más tiempo ya que su hermano es muy introvertido, nunca ha tenido pareja.
Es muy suyo.—También añade que su cumpleaños fue la semana pasada, y no le cogió el teléfono, pero no se preocupó, ya que no era la primera vez que ocurría.

Nos da la llave, la coge mi compañero. La mete en la cerradura, se gira hacia ellos y les advierte simplemente con la mirada, en esa mirada se entiende perfectamente que lo más probable es que haya fallecido. Ellos lo aceptan, pero están la mar de nerviosos, la tensión se corta con un cuchillo. Me tiemblan un poco las piernas. Gira la llave, hay algo que va mal, está atascada. Coge la defensa y a modo de martillo, asesta un par de golpes hasta que la cerradura cede y consigue abrir la puerta.

Pasamos mi compañero y yo, la realidad nos asesta un golpe en plena cara, el olor es nauseabundo, muy fuerte. Lo paso mal, se me revuelve el estómago. Él va hacia una parte del piso, yo voy hacia el otro lado. Es un piso muy grande, antiguo, los muebles lo atesoran. Pocas fotografías en las paredes. Cuando llego al final de un largo pasillo, el olor se hace más intenso, llego al salón y veo la tele encendida, atisbo una figura en el sofá. Es él. Es un momento difícil, por su aspecto lleva muchos días fallecido. Llega mi compañero, nos miramos, tenemos que comunicárselo a su hermano. Es la primera vez que estoy en una situación así. Antes de salir, abrimos todas las ventanas ya que estamos en pleno verano y hace mucha calor.

Están esperando en la puerta, ellos ya lo saben, pero mi compañero se lo confirma.
Lo siento mucho.—Se echan a llorar, es un momento muy duro. Me vuelven a temblar las piernas mientras intentamos tranquilizarlos. Decidimos que lo mejor es cerrar la puerta y bajar al portal. Comunicamos a Sala que es positivo y se inicia el correspondiente protocolo. Mientras tanto, intento asimilar lo que acabo de ver, lo que acabo de sentir, es la primera vez que estoy presente cuando se le comunica a alguien que un familiar ha fallecido, es muy triste, pero tenemos que transmitirles paz y tranquilidad.

Llegan los compañeros de Científica, los servicios funerarios... Seguimos ahí hasta que finaliza completamente el protocolo, y se llevan al fallecido. Nos quedamos de nuevo con los familiares. Les decimos que si necesitan cualquier cosa, que no duden en llamar.
Muchísimas gracias agentes, por todo, han sido muy amables y muy comprensivos.—Nos dan un apretón de manos y nos marchamos del lugar.

Nos subimos al zeta, antes de arrancar, el compañero me mira y me dice:

 —Esto es ser policía, compañero.—







viernes, 20 de diciembre de 2019

Relatos y Anécdotas policiales I: La despedida

¡Compis! Estoy por aquí de nuevo, y bueno, hoy estrenamos una nueva sección en el blog. Os pregunté por Twitter y os gustó la idea, idea que por cierto me dio un buen amigo, hermano y compañero mío. Este primer relato es suyo y me emocionó mucho, pues soy parte de él. He cambiado los nombres por tema de privacidad. Y nada, una vez hecha la presentación, allá va.


El último día que nos despertamos juntos en la habitación 116, fue temprano y tomamos el desayuno en la habitación. Había momentos de silencio, pero era un silencio distinto, era diferente a otros días porque sabíamos que la historia tan bonita que empezó el día 10 de septiembre de 2018 llegaba a su fin. Recogimos todas nuestras cosas e hicimos la maleta por última vez. Llegó el momento más duro, la despedida. Yo tenía que bajar, elegir el destino y me tendría que ir sabiendo que cuando volviese a coger la maleta ya no estaría ninguno de mis tres grandes amigos. Fue el momento del año, Iván y yo no nos pudimos contener, Manu y Jesús llevaban la procesión por dentro pero también se les notaba tristes. Fue un momento duro, pero sabiendo que la ENP me había dado tres nuevos hermanos. Bajé al auditorio con algunos compañeros de sección y lo que debía de ser un gran instante de mi vida lo pasé con un poco de tristeza porque sabía que ya no iba a vivir más grandes momentos con tan grandes hermanos. Al final elegí lo que quería, pero por los pelos, ya que solo quedaban 6 plazas de mi destino. Después fui a recoger mi arma a la galería de tiro y estuve esperando al menos 2 horas en la cola. En esa espera te ibas despidiendo de algunos compañeros que te cruzabas, ya que ellos ya habían recogido su respectiva arma. También conocí a otros que eligieron el mismo destino que yo. Recogí el arma y fui para la habitación a coger la maleta. Era la última vez que entraba a la 116, pero ya no la sentía como mía, estaba vacía. Vacía de nuestras pertenencias. Sin nosotros dentro. Cuantos momentos buenos y cuantas historias aguardan las habitaciones de la Escuela Nacional de Policía. Camino a la puerta de la Escuela, era la última vez que escuchaba ese ruido de maletas por las aceras. Ahora sí, abandonaba la Escuela, esa Escuela que me ha dado tanto.


¿Qué? ¿Os ha gustado? Momentos especiales los de esa 116. Pues nada compañeros, espero vuestros relatos y anécdotas, puede ser una gran idea compartirlos con todos. Ya os dije, podéis mandarlos a través del correo persiguiendounsueno@outlook.es y a través de Mensaje Directo en Twitter
Dicho esto, os deseo FELIZ NAVIDAD. Ha sido un gran año para muchos y de aprendizaje para otros, estoy seguro que el próximo será aún mejor. 



miércoles, 27 de noviembre de 2019

¡Va por vosotros #XXXVI!

¡Hola a todos y todas! Estoy por aquí de nuevo, y hoy exclusivamente quiero escribir para los compañeros y compañeras que este sábado 30 de noviembre tienen marcado a fuego desde hace un tiempo. Ha llegado otra oportunidad, algunos lleváis años y años de preparación, muchos baches y caídas en el camino, lloros y lamentos, heridas, desengaños, desencantos, desilusiones.. Siempre falta algo, un par de segundos, una dominada, dos palabras, tres puñeteras preguntas.. Y toca volver a la casilla de salida, volver a ver las mismas caras que te decían que no lo ibas a conseguir, esas personas que quieren verte fracasar, y tú te ves ahí, otro año tirado a la basura, algunos amigos empiezan a darte de lado (no son los verdaderos amigos), tu pareja empieza a deslizarte que quizás no estés capacitado para ser policía.. Pero NO, si estás aquí es porque has seguido luchando, porque has limado asperezas de otros años, has corregido lo que te hacía fallar, te has quitado esas piedras en la mochila que no hacían nada más que ralentizarte.


Siempre he dicho que esta parte de la oposición, el examen de conocimientos y ortografía, era el corte que te mete de lleno donde todos quieren estar y que baja el ratio de opositores/plaza hasta que logras casi tocar la plaza con la mano. Es la prueba que más depende de ti de las que restan. Vale que habrá nervios, pero si los canalizas a tu favor pueden ser vitales, esos nervios que te mantienen despierto y atento a esa pregunta trampa que quiere hacerte dudar, puede ser la diferencia entre un 5 y un 4,8, la diferencia entre pasar a la siguiente fase o volver a la casilla de salida otra vez. No es un examen para sacar nota, no te arriesgues demasiado, sé listo e inteligente y ve a lo seguro. Siempre recordaré las dos veces que realicé el examen de conocimientos, la primera de ellas, iba como un flan, no supe canalizar esos nervios y me pasaron factura al contestar muchas más de las debidas, suspendí. Sin embargo, la segunda y última vez, iba mucho más relajado con una estrategia en mente y mentalizado de hacer lo que sabía, no arriesgué absolutamente nada y aprobé. Es simplemente un consejo.


Y sobre todo hay que creer en uno mismo, ¿por qué? Porque somos privilegiados de poder luchar por algo tan bonito como pertenecer a la profesión más bonita del mundo. Imaginaos personas que tienen tantas ganas o más como vosotros pero por desgracia no cumplen los requisitos físicos para poder presentarse, esa suerte que tenéis vosotros no la tienen ellos. Esa suerte es cosa del destino, del azar, sin embargo olvídate de ella cuando estés sentada con el bolígrafo en la mano preparada para realizar el examen, ahí no hay suerte que valga, hay sacrificio, predisposición, trabajo, constancia, ganas, lucha.. DISCIPLINA Y FUERZA DE VOLUNTAD.

Creed en vosotros, en vuestras posibilidades, cuanto más difícil penséis que está el tema, más lucharéis por él y lo tendréis más cerca. Y con esto me despido, estoy orgulloso de vosotros compis.

¡VAMOS XXXVI!

jueves, 17 de octubre de 2019

Prácticas, los primeros días. #XXXIV

¡Hola compis! Ya estoy por aquí de nuevo, con muchas ganas de contaros cosas. Ya son tres meses desde que empecé las prácticas y es increíble lo rápido que se han pasado. De momento solamente he estado en Seguridad Ciudadana y un poco en Extranjería, pero qué gozada compañeros, me encanta todo. Tengo que decir que desde el primer día los compañeros veteranos se han portado de lujo con nosotros, nos han acogido estupendamente, demostrando una cercanía y un buen rollo que nos ha ayudado a integrarnos como uno más en la plantilla. Y bueno, os voy a hablar de como fueron los primeros días, que obviamente son los más difíciles pero que los combates con una ilusión y unas ganas acojonantes.



Empezamos el 16 de julio, estábamos citados para ese día y ya se comentaba que iba a ser una charla con nuestra tutora, conocer a los compañeros y una visita por las dependencias. Y aunque solo fuese eso, los nervios estaban a flor de piel. Yo lo cierto es que fui una semana antes y estuve charlando con algunos compañeros y al menos tenía alguna idea de donde estaba cada cosa. Nos repartieron las llaves de la taquilla y nos cambiamos de ropa, era una sensación distinta a la que sentía en Ávila cuando me ponía el uniforme, ahora ya estaba en una comisaría real, quizás pareciese una tontería pero esa era mi sensación. Conocí a los demás compañeros de prácticas y cual fue mi sorpresa que había un par que eran vecinos de sección, por lo tanto pues me sonaban sus caras. Estuvimos charlando un poco, y vino la tutora, nos enseñó las dependencias y fuimos a una sala para explicarnos junto con el comisario, como iba a transcurrir esta bonita etapa. Empezamos igual que en la ENP, presentándonos uno a uno, esta vez ya sin la vergüenza que se pasa en las primeras veces. Nos repartieron nuestros cuadrantes y la tutora nos fue conduciendo hasta la Brigada en la que empezaríamos nuestra andadura.

Como ya he dicho, empecé en Seguridad Ciudadana, comentar que haces desde servicios de zetas, de paisano, conducciones de presos hasta incluso servicios con la UPR. Una vez ahí, nos presentaron al jefe de la Brigada y nos repartieron los chalecos de dotación colectiva que había allí. Es una pena que lleguemos a este punto, tener que usar un chaleco de talla única con bastante años de antigüedad, otra opción es pagarte tú mismo uno nuevo, pero bueno, eso es otra historia. Después nos dijeron la hora en la que empezábamos al día siguiente, a mi me tocaría el primer turno de zetas, 6 de la mañana. Nada más saberlo, ya tenía ese cosquilleo en el estómago que muchos habéis vivido, y a otros os falta menos para sentir.

Sobra decir que no dormí nada, imposible, era visualizar y visualizar el primer día. ¿Cómo será mi compañero?, ¿cómo reaccionaré a cualquier intervención?, ¿estaré a la altura? Te inundan muchas dudas, sientes que estás muy verde. Pero es normal, muy normal. Me levanté muy temprano, para coger tiempo de sobra. Café solo y para Comisaría. Vas andando por la calle, y vas hablando contigo mismo. "Lo he logrado, voy a empezar el primer servicio de mi carrera policial". Te acuerdas de muchos momentos difíciles en tu vida, de momentos de bajón, de tirar la toalla, de pensar que por mucho que lo intente no lo voy a conseguir, te hace sentirte muy fuerte anímicamente, muy poderoso mentalmente. Me vestí, y subí a la Brigada a esperar a mi compañero. Cual fue mi sorpresa, que él subió corriendo y sin presentarnos me dice: ¡Compañero, vámonos que tenemos un servicio urgente!

¡EMPIEZA LA FIESTA!

¿Qué puedo decir hasta la fecha de hoy? Solamente cosas positivas. Estoy aprendiendo una barbaridad de cosas, soltándome más y más en el día a día policial, conociendo el buen compañerismo que hay dentro de una plantilla, la camaradería de pasar 8, 9 o 10 horas con una persona en un coche. Hago un breve inciso aquí para decir algo sobre algo que se me vino a la cabeza durante una larga noche de patrullaje, allí en la ENP tenemos que convivir muchas horas con otros tres compañeros, es ahí donde se empieza a sentir esa camaradería y donde ves si vas a ser buen compañero o no. Por supuesto que ves cosas desagradables, mi segundo día ya tuve un fallecido en circunstancias nada halagüeñas, familias desestructuradas, malos tratos, personas drogodependientes... Pero es parte de la vida policial, y necesitas hacer de tripas corazón y hacerte un caparazón para no llevarte las cosas a casa y que te afecte personalmente.



Y nada, hasta aquí he llegado hoy, espero que os haya gustado tanto como me está gustando a mi esta maravillosa profesión. Aprovecho para dar la enhorabuena a los compañeros de la XXXV que ya llevan un mes en la ENP, a los de la XXXVI que tienen un poquito más cerca su sueño y a los que han caído que les servirá de experiencia y conseguirán saciar sus ambiciones muy pronto.



🚔 ¡UN ABRAZO AMIGOS! 🚔