Me examinaba el jueves por la tarde, pero para poder cuadrar mejor los horarios de tren y hotel, decidí irme el miércoles por la mañana para así no tener que estar preocupándome de ir con la hora justa. El viaje de ida fue bastante bien, esta vez iba solo, ya que el año pasado fui con un compañero, que por cierto saludo desde aquí, ya que sé que me lee y felicito por su plaza de profesor. Al llegar a Ávila me sorprendió la temperatura, muy distinta al año pasado cuando me tocó venir por estas mismas fechas. Realmente hacía calor, que personalmente a mí no me hace mucha gracia, pero bueno "sarna con gusto no pica". El hotel fue el mismo del año pasado, "El Rastro", lo recomiendo altamente, un 10 en todo. Una vez allí me puse cómodo, comí algo y me eché la siesta para descansar de cara al siguiente día, el famoso día D. Ciertamente hice poco, quería aislarme todo lo posible, no me preguntéis por qué, pero me siento cómodo así ante un día complicado, por lo que solo salí a comprar algo para cenar y desayunar en el mismo hotel. Aquí fue dónde llegó mi primera cagada, después de estar dos semanas tragándome la saga de "Rocky" por eso de la motivación, decidí reservarme la última, "Creed", para verla la noche anterior a las pruebas pero cuál fue mi sorpresa (mejor dicho mi torpeza), al darme cuenta de que me había llevado la película en formato blu-ray, por lo que mi gozo en un pozo. Fue una decepción para mi pero al final lo tomé con humor y acabé viendo La que se avecina en la tele, no había otra. Sinceramente dormí muy bien, pero poco, ya que a las 8 de la mañana ya estaba en pie y pensando en las pruebas. La rutina de esa mañana fue simple, aguantar todo lo que pude en cama, un baño caliente y comer sobre las 13:00, también decidí descartar la opción del taxi o bus para llegar a la ENP, iría andando aunque estaba bastante lejos, unos 5 km, pero pensé que me vendría bien evadirme un rato y bajar la comida. Eran las dos y pico, cuando salí del hotel, después de repasar 345343 veces la mochila, y ¡¿sabéis qué?! Se me olvidaron las chanclas para la ducha, otra de mis cagadas. Toalla, mallas, camiseta, gel, champú, calzoncillos, calcetines, deportivas de fútbol sala, deportivas para correr... y ¡el certificado médico! Auriculares, Spotify y al lío.
Hacía mucho calor, mentiría si dijese que no se me hizo largo el trayecto pero fue bastante pesado, más de lo que pensaba, y eso que los últimos 20 minutos antes de llegar, me animé con la banda sonora de "Rocky" (sí, lo sé, estoy un poco obsesionado) y no sé si fue casualidad o lo quiero recordar así pero en el momento cumbre de la canción principal, vi a lo lejos la famosa rotonda, en la que todo opositor se hace fotos, y me vine arriba. Eran las 15:15 aproximadamente, y ya había un número considerado de opositores en fila, la otra como ya sabéis era para los familiares. Fue colocarme en la fila, y empezar a ver caras de nerviosismo, de concentración, de ilusión, de miedo, de confianza... La verdad es que cuando es tu primera vez, estás cagado, no hay más, es lógico, pero yo este año me encontré mucho mejor en ese aspecto, ¿más madurez quizás? No lo sé, pero estaba más tranquilo, eso seguro. La espera se hizo larga hasta que vi aparecer a los policías alumnos que iban a ejercer de seguridad, es inevitable verte a ti también en esa situación y aunque estés a punto de hacer un examen en el que te juegas todo, te sale una sonrisa. Después de mirarte la bolsa y colocarte la pegatina de opositor, que este año pude conservar, llega el momento de ir andando hacia el pabellón. -Es un momento tenso, porque nadie habla. Hay un silencio que solo interrumpe los ¡Suerte! de los policías alumnos que saben que el año anterior estuvieron ahí y esa pizquita de motivación es quizás lo que se necesita para llegar al pabellón sueltos y con confianza. Una vez en el vestuario, me cambié de ropa, me puse mi crema de calor en las piernas y hombros y nos fuimos para arriba, hacia las gradas. ¿Mi opinión acerca de esta nueva medida? Mejora el proceso, y lo hace mucho más ágil. Simplemente, ahora a los familiares no se les permite la entrada al pabellón, por lo que los opositores se sientan en las gradas a la espera de que digan su número, el cual también aparece reflejado en una pantalla. Mucho más rápido y cómodo, repito. Una vez sentado, es cuando más nervios tienes, ya que sabes que lo tienes ahí, en tus narices... Empiezas a hablar con los compañeros, te preguntan si es tu primer año y que les cuentes cómo va todo y tus sensaciones, también te das cuenta que estás entre gente de toda España, que aunque parece una tontería me sigue sorprendiendo al escuchar tantos acentos en tan poco espacio. En mi turno empezaron las chicas, que bajaron en tres o cuatro tandas. Y nada, cuando empezaron con los chicos, tardó muy poco mi número en salir y para abajo, a calentar un rato.
Hice mis cuatro ejercicios básicos de calentamiento, no sin hacer una visita muy rápida a los aseos, y entonces salió mi número en la pantalla, tocaba ir al llamamiento donde di mi DNI y el certificado médico, me puse el dorsal y recuerdo que dije a mi compañero que no había vuelta atrás, ya estábamos de lío.
Aquí es cuando llega el momento más jodido, al menos para mí. Estás viendo en primera línea a los compañeros haciendo el circuito y desafortunadamente ves muchas caídas, muchos nulos y mucha frustración. En ese momento tienes que mantener la cabeza fría y esperar tu turno. La verdad es que en mi grupo, que recuerde no hubo ningún nulo por lo que fue rápido hasta que me tocó a mi.
CIRCUITO. El examinador era el mismo que el año anterior, uno alto con barba. Me coloqué, ¡LISTOS, YA! No lo hice mal, simplemente en la última curva antes de hacer la tijera para el penúltimo salto, me resbalé un poco, lo justo para notar algo atrás, en el femoral pero en ese momento seguí, hice la tijera, juraría que la toqué un poco incluso miré atrás pero nada, llegué y me dijo que había hecho 9,7. No está mal dije, después de todo. Cabe destacar que los tiempos de los compañeros eran realmente malos y estaban sorprendidos, y que la pista estaba muy resbaladiza aún con zapatillas de fútbol sala limpias.
DOMINADAS. Ahí estaba en la parte izquierda de las dos que hay, había dos chicas y un hombre con barba de mediana edad. En ese momento miras a los compañeros que están haciéndolas para ver si las hacen como las has entrenado tú y si se las estaban contando. Yo la verdad es que no vi nada raro de dejar de contar y cosas así. Llegó mi turno, me tocó el hombre, me subí a la escalerilla y nada, las hice como había entrenado. Subía despacio, pasaba la barbilla, le miraba a los ojos y bajaba, me mantenía un poco y volvía a subir, 12 de 12. La 13 ni la intenté porque era la misma nota y me iba a desgastar más.
Salí bastante contento de las dos primeras pruebas, ya llevaba 13 puntos y la carrera no se me daba mal. Muy amablemente nos dijeron que nos podíamos cambiar tranquilamente, que incluso nos hidratásemos y comiésemos algo con azúcar pues hacía mucha calor fuera. Aquí entre los compañeros nos pasamos dos o tres botellas de agua y se vio el compañerismo que caracteriza esta oposición. Nos subimos al bus y mientras terminábamos de prepararnos, yo por ejemplo me eché "VapoRub" para respirar mejor, intercambiamos opiniones de cuántos puntos llevábamos.
CARRERA. Llegados aquí, nada más bajarme del bus noté que estaba bastante cargado, las piernas agarrotadas y no sé, sensación de cansancio. Además estaba el calor, algo que para mí me puede. En ese momento decidí que no iba a arriesgar lo más mínimo por lo que calenté lo mejor que pude hasta llegar a la línea de salida y ¡a correr! Nada más salir me coloqué detrás de un compañero que iba bastante fuerte, pero llevando una vuelta me di cuenta que no iba a poder seguirle, por lo que aflojé el ritmo y fue cuando varios compis me adelantaron y me quedé por la mitad del grupo más o menos. La verdad es que sufrí un poco al final, pero pude acabar más o menos bien. 3:17. Ese momento cuando llegas a la pasarela de meta, es maravilloso aunque parece que te estás muriendo. La anécdota fue cuando una persona del tribunal al vernos todos cabizbajos y con las manos en las rodillas intentando recuperar el aliento, nos pegó un grito: ¡Cabezas arriba y pecho fuera! ¿Así queréis ir a Cataluña con los compañeros? Jajaja, nos sacó una sonrisa.
Estaba APTO, un pasito más, un kilómetro más en la maratón. Y llegó uno de mis momentos preferidos, la ducha. Sentarte en el vestuario, mientras sigues recuperando el aliento, beber agua, conversar con los compañeros, animar a los que no han podido conseguirlo... Es un momento, mientras cae el agua, de reflexión personal...
Una vez ya fuera de la ENP, solo quedaba encender el móvil y dar la buena noticia a los tuyos, ese momento también es emotivo pues ellos también sufren, y lo agradecen. Solo sé que estuve cerca de media hora sentado en un banco enfrente de la ENP. El momento de volver fue mucho más ameno, se me hizo cortísimo y lo celebré con una buena "Estrella Galicia".
Hasta aquí la entrada, ha sido larga pero me ha gustado escribirla, porque creo que es el reflejo de muchos opositores que van a Ávila sin familia, sin acompañantes y que tienen mucho tiempo para ellos. También quería dar mi más sincera enhorabuena a todos los que estáis obteniendo el APTO porque el esfuerzo trae su recompensa, es la frase más típica pero sin duda cierta. A los que desafortunadamente no han podido aprobar, decirles que esto no acaba ahí, hay que seguir y seguir y seguir y aunque no soy aficionado del Atlético de Madrid, el partido a partido es la clave de todo. ¡Lo conseguiréis!
Por cierto, me encanta el compañerismo que vi ese día. También lo veo diariamente en los grupos de WhatsApp, en Twitter, en Facebook... Creo que eso nos hace grandes a todos.
Y un último consejo para los primerizos que lógicamente están cagados, jaja.
"Tener miedo es bueno, te mantiene en tensión."
#XXXIV #LaÚltimaYNosVamos