Fin. Se acabó. C'est fini, como dirían los franceses.
Parece que fue ayer cuando me despedía de los míos en el coche, bajaba la maleta y hacía cola para entrar en la que iba a ser mi casa por 9 meses. Han sido 9 meses de muchas emociones, emociones de todo tipo. Desde la ilusión por conocer a los que iban a ser mis compañeros de habitación, la incertidumbre de pensar ¿les caeré bien? ¿cómo encajaré? ¿me adaptaré? Nunca olvidaré el gran momento del uniforme, es ahí cuando ves cumplido tu sueño, cuando estás abriendo la caja, y en cualquier prenda ves las dos palabras mágicas "policía nacional" y la bandera de España, eso no se puede describir. Tampoco la primera impresión de ver tu aula, sentado junto a otros 45 compañeros, con las caras rebosantes de ilusión, con ganas de empaparse de nuevos conocimientos. Como olvidar el día que recibí el arma, abrir el maletín y encontrártela ahí. La primera vez que tocaba la pista de atletismo pero esta vez como alumno, aunque con el paso del tiempo le cogimos un asco infinito. Otro momento mágico para mi fue mi primer acto como policía alumno en el campo de fútbol, escuchar los tres himnos, el de España, de la Policía Nacional y La muerte no es el final fue simplemente emotivo, llegué incluso a emocionarme.
Pero también hay momentos jodidos, no nos engañemos, y bueno yo puedo decir que en la balanza, los buenos superan a los malos por goleada. Tuve un encontronazo con el famoso "A" que me costó la tarjeta. Fue una auténtica tontería que se podría haber solucionado de otra manera teniendo en cuenta la magnitud del incidente, ese día me cabreé muchísimo y creo que ha sido, preguntando a mis compañeros que han convivido conmigo todo este tiempo, el único cabreo que he pillado en la Escuela. Afortunadamente, y yo añado lógicamente, no acarreó sanción, solo fue un simple apercibimiento. También recuerdo un examen en la cual la cagué, y reconozco que fue por mi culpa, fue otro momento de bajón pero quitando esos, un año espectacular.
Pero con diferencia, los mejores recuerdos son los vividos con mis compañeros, bueno rectifico, con mis hermanos. Que cuatro personas encajen sin fisuras es difícil casi imposible diría yo, si a eso le sumas una habitación de dimensiones no muy amplias, puede ser una mala combinación. Pues lo nuestro ha sido "amor a primera vista", sencillamente ni una discusión en todo el año, NADA.
Desde las pelis por la noche (por cierto vaya peliculones les he puesto a los tres 😎), esas conversaciones tan extrañas como peculiares a altas horas de la madrugada, las salidas de los jueves...
Ese vínculo que creas con los compañeros es especial, además de los compañeros de habitación también los compañeros del pasillo. Con algunos compartes aficiones, con otros hasta tu tierra, es una sensación de camaradería única.
Los profesores, otra de las gratas sorpresas de la Escuela para mi. Puedo decir que el 80% de los profesores me han marcado profundamente, pedazo de profesionales pero sobretodo grandes personas humanas. Los consejos que nos han dado me han marcado mucho y sinceramente creo que serán esenciales en nuestras carreras profesionales. Aprender de sus experiencias personales ayuda mucho a comprender ciertos aspectos de la que será nuestra profesión.
Por último, no olvidaré el último día que pasamos en la Escuela. Preparándonos para bajar y elegir destino de prácticas. Los cuatro ahí sentados, sabiendo que nos teníamos que despedir pero retrasando el momento todo lo posible, aguantando las emociones como bien podíamos, hasta que uno rompe y se emociona, es un momento bonito y muy sentido, estamos entre hermanos. Hermanos de sangre.
Empezaba la entrada diciendo que es un final, el final de una etapa, pero también el principio de otra, el principio de una bonita y larga amistad. Se os quiere mucho cabrones. A, V y J.
#XXXIV #LaÚltimaYNosVamos #PersiguiendoUnSueño 💪👮💙
Parece que fue ayer cuando me despedía de los míos en el coche, bajaba la maleta y hacía cola para entrar en la que iba a ser mi casa por 9 meses. Han sido 9 meses de muchas emociones, emociones de todo tipo. Desde la ilusión por conocer a los que iban a ser mis compañeros de habitación, la incertidumbre de pensar ¿les caeré bien? ¿cómo encajaré? ¿me adaptaré? Nunca olvidaré el gran momento del uniforme, es ahí cuando ves cumplido tu sueño, cuando estás abriendo la caja, y en cualquier prenda ves las dos palabras mágicas "policía nacional" y la bandera de España, eso no se puede describir. Tampoco la primera impresión de ver tu aula, sentado junto a otros 45 compañeros, con las caras rebosantes de ilusión, con ganas de empaparse de nuevos conocimientos. Como olvidar el día que recibí el arma, abrir el maletín y encontrártela ahí. La primera vez que tocaba la pista de atletismo pero esta vez como alumno, aunque con el paso del tiempo le cogimos un asco infinito. Otro momento mágico para mi fue mi primer acto como policía alumno en el campo de fútbol, escuchar los tres himnos, el de España, de la Policía Nacional y La muerte no es el final fue simplemente emotivo, llegué incluso a emocionarme.
Pero también hay momentos jodidos, no nos engañemos, y bueno yo puedo decir que en la balanza, los buenos superan a los malos por goleada. Tuve un encontronazo con el famoso "A" que me costó la tarjeta. Fue una auténtica tontería que se podría haber solucionado de otra manera teniendo en cuenta la magnitud del incidente, ese día me cabreé muchísimo y creo que ha sido, preguntando a mis compañeros que han convivido conmigo todo este tiempo, el único cabreo que he pillado en la Escuela. Afortunadamente, y yo añado lógicamente, no acarreó sanción, solo fue un simple apercibimiento. También recuerdo un examen en la cual la cagué, y reconozco que fue por mi culpa, fue otro momento de bajón pero quitando esos, un año espectacular.
Pero con diferencia, los mejores recuerdos son los vividos con mis compañeros, bueno rectifico, con mis hermanos. Que cuatro personas encajen sin fisuras es difícil casi imposible diría yo, si a eso le sumas una habitación de dimensiones no muy amplias, puede ser una mala combinación. Pues lo nuestro ha sido "amor a primera vista", sencillamente ni una discusión en todo el año, NADA.
Desde las pelis por la noche (por cierto vaya peliculones les he puesto a los tres 😎), esas conversaciones tan extrañas como peculiares a altas horas de la madrugada, las salidas de los jueves...
Ese vínculo que creas con los compañeros es especial, además de los compañeros de habitación también los compañeros del pasillo. Con algunos compartes aficiones, con otros hasta tu tierra, es una sensación de camaradería única.
Los profesores, otra de las gratas sorpresas de la Escuela para mi. Puedo decir que el 80% de los profesores me han marcado profundamente, pedazo de profesionales pero sobretodo grandes personas humanas. Los consejos que nos han dado me han marcado mucho y sinceramente creo que serán esenciales en nuestras carreras profesionales. Aprender de sus experiencias personales ayuda mucho a comprender ciertos aspectos de la que será nuestra profesión.
Por último, no olvidaré el último día que pasamos en la Escuela. Preparándonos para bajar y elegir destino de prácticas. Los cuatro ahí sentados, sabiendo que nos teníamos que despedir pero retrasando el momento todo lo posible, aguantando las emociones como bien podíamos, hasta que uno rompe y se emociona, es un momento bonito y muy sentido, estamos entre hermanos. Hermanos de sangre.
Empezaba la entrada diciendo que es un final, el final de una etapa, pero también el principio de otra, el principio de una bonita y larga amistad. Se os quiere mucho cabrones. A, V y J.
#XXXIV #LaÚltimaYNosVamos #PersiguiendoUnSueño 💪👮💙