¡Compis! Estoy por aquí de nuevo, y bueno, hoy estrenamos una nueva sección en el blog. Os pregunté por Twitter y os gustó la idea, idea que por cierto me dio un buen amigo, hermano y compañero mío. Este primer relato es suyo y me emocionó mucho, pues soy parte de él. He cambiado los nombres por tema de privacidad. Y nada, una vez hecha la presentación, allá va.
El último día que nos despertamos juntos en la habitación
116, fue temprano y tomamos el desayuno en la habitación. Había momentos de
silencio, pero era un silencio distinto, era diferente a otros días porque
sabíamos que la historia tan bonita que empezó el día 10 de septiembre de 2018
llegaba a su fin. Recogimos todas nuestras cosas e hicimos la maleta por última
vez. Llegó el momento más duro, la despedida. Yo tenía que bajar, elegir el
destino y me tendría que ir sabiendo que cuando volviese a coger la maleta ya
no estaría ninguno de mis tres grandes amigos. Fue el momento del año, Iván y
yo no nos pudimos contener, Manu y Jesús llevaban la procesión por dentro pero
también se les notaba tristes. Fue un momento duro, pero sabiendo que la ENP me
había dado tres nuevos hermanos. Bajé al auditorio con algunos compañeros de
sección y lo que debía de ser un gran instante de mi vida lo pasé con un poco
de tristeza porque sabía que ya no iba a vivir más grandes momentos con tan
grandes hermanos. Al final elegí lo que quería, pero por los pelos, ya que solo
quedaban 6 plazas de mi destino. Después fui a recoger mi arma a la galería de
tiro y estuve esperando al menos 2 horas en la cola. En esa espera te ibas
despidiendo de algunos compañeros que te cruzabas, ya que ellos ya habían
recogido su respectiva arma. También conocí a otros que eligieron el mismo
destino que yo. Recogí el arma y fui para la habitación a coger la maleta. Era
la última vez que entraba a la 116, pero ya no la sentía como mía, estaba
vacía. Vacía de nuestras pertenencias. Sin nosotros dentro. Cuantos momentos
buenos y cuantas historias aguardan las habitaciones de la Escuela Nacional de
Policía. Camino a la puerta de la Escuela, era la última vez que escuchaba ese
ruido de maletas por las aceras. Ahora sí, abandonaba la Escuela, esa Escuela
que me ha dado tanto.
¿Qué? ¿Os ha gustado? Momentos especiales los de esa 116. Pues nada compañeros, espero vuestros relatos y anécdotas, puede ser una gran idea compartirlos con todos. Ya os dije, podéis mandarlos a través del correo persiguiendounsueno@outlook.es y a través de Mensaje Directo en Twitter.
Dicho esto, os deseo FELIZ NAVIDAD. Ha sido un gran año para muchos y de aprendizaje para otros, estoy seguro que el próximo será aún mejor.