sábado, 25 de abril de 2020

¿Por qué soy policía?

¡Hola compis! ¿Cómo estáis? Espero que bien, que estéis llevando esta situación lo mejor posible, cerca de los vuestros y con salud. A los que habéis perdido a un ser querido, os deseo mucha fuerza y ánimo para poder llegar cuanto antes al final de esta pesadilla. Es por eso que he decidido escribir algo para levantar la moral y el ánimo a todos, en especial a los compañeros de la XXXVI que están pendientes del resultado de la entrevista, a los de la XXXV que esperan con muchas ganas poder salir de prácticas a la calle, también a los de la XXXVII que inician su camino, con mucha ilusión y motivación y por supuesto, a mi promoción, la XXXIV, porque es probable que tengamos una jura un tanto agridulce, pero lo importante es salir de esta situación y poder volver a la normalidad lo antes posible. Va por todos vosotros.



Me cambio en el vestuario frente a mi taquilla, monto la HK y la meto en la funda. Me coloco la defensa en el tahalí y cojo la mochila. Hago una última parada en el baño, paro frente al espejo y me miro a los ojos. Observo todo lo que tengo a mi alrededor, a veces lo necesitamos para saber dónde estamos y qué hemos conseguido. Soy policía y me dispongo a patrullar. Estaré 9 horas vigilando las calles, atendiendo cada llamada, al servicio del ciudadano. 

Pero, ¿por qué? ¿Por qué no buscarme algún trabajo más cómodo? Un trabajo de 9 a 14 sentado en una oficina, por ejemplo. ¿Por qué decidí dejarlo todo y enfrascarme en una oposición que no me aseguraba nada? ¿Por qué me pierdo el cumpleaños de mi pareja? ¿Por qué no puedo cenar con mi familia en un día señalado? ¿Por qué no tengo un horario fijo? ¿Por qué tengo que aguantar los abucheos, faltas de respeto e insultos desde un balcón mientras hago mi trabajo? ¿Por qué no recibo el apoyo de mis jefes mientras me juego la vida cada vez que me subo a un zeta sin medios adecuados para mi protección?

Sencillamente porque nací para esto, no sé hacer otra cosa. Tener la conciencia más que tranquila de que estoy aportando mi granito de arena para que la sociedad sea algo mejor. Recibir por parte de los ciudadanos un “gracias” y una sonrisa por haberle ayudado en algo tan simple como parar el tráfico para que puedan cruzar la calle. Que un niño se ponga loco de contento cuando le saludas desde el zeta. Ser aplaudido desde los balcones por la gente mientras vitorean “VIVA LA POLICÍA NACIONAL”. Ser una referencia para aquellos que cada día luchan por ponerse este uniforme, dar esa pizca de motivación que a veces ven tan lejos. Esas miradas de admiración, de orgullo... Llegar a casa y abrazar a los míos. 

Aunque a veces hay momentos muy jodidos. ¿Y sabéis qué? Que también somos humanos, tenemos sentimientos, muchas veces tenemos que ocultarlos, hacer de tripas corazón, pero al final soportamos muchas situaciones difíciles y estresantes. A veces es necesario romper y llorar, porque es muy difícil desconectar de este trabajo. Y tu familia lo sabe y sufre, sufre porque teme que algún día llamen a la puerta y sean dos compañeros los que estén ahí, intentando dar una noticia que les romperá en trozos muy pequeños. Porque habrás dado tu vida por los demás, estarás volando hacia arriba, serás un ángel de azul cuidando de todos y por ello estarás orgulloso. Es esto lo que hemos elegido, hemos elegido luchar cada día y enfrentarnos a las injusticias, hemos decidido cumplir un juramento, hemos decidido servir y proteger. Somos seres incomprendidos, a veces el rechazo de gran parte de la sociedad, "los malos de la película", pero lo hacemos rodeados de hermanos y hermanas como una gran familia. 

Y por todo esto, ¿merece la pena? 

Indudablemente, si volviese atrás en el tiempo, volvería a elegir esta profesión, volvería a sacrificar momentos, volvería a matarme a estudiar, volvería a sufrir en el 1000, volvería a comerme la cabeza con la entrevista, en definitiva, volvería a cumplir el sueño de mi vida.

Cuando algo te hace feliz, es porque lo sientes dentro. Ya lo decía Confucio, "elige un trabajo que te apasione y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida." Ser policía es esto, es disfrutar de una forma de vida, un estilo de vida diferente al resto. Proteger y salvar la vida de inocentes desde la modestia y la humildad pero siempre con honor, orgullo y dignidad.

Terminar el turno, llegar a casa, cerrar los ojos y sentir como se eriza el vello de todo tu cuerpo mientras resuena en tu cabeza: 
 «SOY POLICÍA».